Mi Historia

Soy Rocío y esta es mi historia.
Cuando llegué a Santiago, recién había ingresado a estudiar en el instituto, luego de haber dejado mis estudios en la Universidad en la carrera de obstetricia. Para mi fue un gran desafío volver a estudiar en un área diferente y acostumbrarme en una nueva ciudad, donde todo es rápido, bullicioso, donde cada persona vive su vida sin saber de los demás, algo totalmente distinto a la ciudad de Ovalle, donde vive mi querida familia de la cual provengo.

Sentía que esta ciudad , Santiago, no tenia nada que entregarme, es mas yo no tenía nada que buscar ... Sin embargo dentro de mí sentía la esperanza que debía esperar, perseverar y que quizas me redescubriría; que por algo mis pasos me habían traido hasta acá. Fue un proceso de crecimiento interior, de sufrimientos y alegrias, de conocer gente de la que ya no está, y de otras que se van y que han vuelto, y por ultimo las que nunca se han ido. De todas ellas se agradecen los buenos y bellos momentos compartidos. De aquellos que no lo fueron , se rescata la enseñanza para seguir creciendo.

De aquel tiempo valoro todo lo vivido, pues tuvo que ser así, para ser ahora quien soy. De hecho lo mas valorable de dicho proceso es que fue justamente aquí donde encontré a quien es hoy es mi esposo, con quien forme una bella familia de la que estoy enamorada.. y muy agradecida de Dios.

Familia que continuo construyendo, la mejor parte de todo esto son las de mi bebé que ya tiene 4 años... Sin olvidar mi otra familia, que dejé en Ovalle, donde mis abuelos están viviendo sus últimos años, a quienes amo con todo mi corazon.

Ahora mas agradecida de Dios, porque cuando se piensa que se ha perdido una familia, Dios nos entrega otra.. nada es casualidad todo es su obra.

Nunca se debe perder la fe, los caminos de Dios son misteriosos, si lo queremos, éstos siempre nos conducen a El.

Por último, uno de mis anhelos es escribir , me gustan los cuentos cortos, las historias simples de la vida cotidiana... Por eso abro esta ventana para quizás con mis palabras dar calidez y ánimo a quienes lo deseen...

julio 2009






Rocío Blog© 2009/ | Plantilla Blogger | Diseño de Rocami

Los pies de José

Esta es la historia de José, un pequeño como tú de siete años de edad que vivía con su numerosa familia en la hacienda del patrón. Era el mayor de siete hermanos, de ojos claros, bien parecido, de sonrisa cálida, difícil de olvidar. Por el bajo, existía un gran potrero regado por las claras aguas de un pequeño riachuelo, lugar predilecto al que concurría con sus hermanos diariamente, después de la escuela y, ahí, daban rienda suelta a sus sueños de niños entre carreras, risas y canciones… Todo servía para alimentar su espíritu vivaz…En su humilde morada, su madre criaba a los menores y de dedicaba al hogar y su padre, día a día salía al alba a trabajar.
Una tarde, corriendo tras el mestizo, su perro regalón, tropezó y se pegó tan fuerte en los dedos del pie, que perdió varias uñas, pues no usaba zapatos, sólo tenía un par, el que era destinado para ir a la escuela. Tal accidente no le importó, pues pensó "ya sanará y pronto será mi cumpleaños y, quizás, me regalen un par de zapatitos".
Eran muy pocos los juguetes que tenía, pero su imaginación era infinita, tantos inventos que en su cabeza emergían y quería crear. Los palos de la escobas eran su transporte, un día era un tren, otro día era un caballo que lo convertían en un experto jinete…Que linda y pura inocencia de niño. Su cumpleaños se acercaba, era un gran día, sólo reservado para él, su madre le dedicaría toda su atención, el sería la personita especial, quizás recibiría más de algún un presente. Una noche despertó y vio a su madre tejiendo, muy tarde, bajo la luz las velas, "deber ser algún chaleco para mí", pensó. Y con una sonrisa en su carita continúo durmiendo y soñando con los sabrosos panecillos dulces que su madre cocinaría para él, esos que solo preparaba en días especiales...Por fin llegó el deseado día y, en la madrugada, su padre salió como siempre a trabajar para regresar a medio día. Antes de irse recuerda que hoy es el cumpleaños de su niño, el cual se ha convertido en un mozo fuerte y despierto y, tendrá que enseñarle lo que sabe, "ha crecido ya el mozuelo", dice a su mujer antes de despedirse y, después se va.
Pero pasaron las horas y el padre no regresó. Después de las tres de la tarde, llegó el patrón, don Julián, muy serio con dos de sus trabajadores y, con voz acongojada dijo "ocurrió un accidente, el caballo se encabrito y Manuel cayó al suelo, azotando su cabeza en una piedra… No hubo más que hacer… Esta lejos la ciudad. Lo llevamos a mi casa… Pero no sobrevivió.
El silencio cayó en la humilde morada, la mujer, de un negro riguroso, estaba sola con sus hijos. La casa se llenó de tanta gente, pero no hubo celebración, no hubo risas solo tristeza, asombro y resignación.. fue la voluntad de Dios. Mientras el sol se ponía, en el umbral de la puerta, José miraba sus pies, que ya no estaban descalzos, y una lágrima, solo una, se deslizó por su mejilla.
Contempló sus nuevos zapatos que al fin tenia y pensó "me servirán para trabajar pues desde mañana ocuparé el lugar que dejó mi padre en el campo, tendré que ser muy fuerte ahora por mi madre y por mis hermanos". ¿Escuchas los gallos cantar?, están anunciando el inicio de un nuevo día, aún está oscurito… Ves a lo lejos una diminuta sombra que juguetea entre medio de los montes, ¿lo ves? Ahí va José, el pequeño gran hombre de la historia que acabo de contar con sus zapatos nuevos y lleno de sueños por realizar...
Que fue de José se preguntarán, ese no es su nombre Real. "José " se convirtió en un Hombre maravilloso, generoso y gentil. Formó una bella y sólida familia, donde jamás faltó nada, donde sobraba amor.. Toda esta abundancia se agradece a Dios día a día... .Hoy lleva 55 años de matrimonio bien formado.. Se casó con una bella y bondadosa mujer, su compañera .. Tuvo 4 hijos, uno murió siendo niño...José. De los tres hijos vivos, existen 10 nietos, 4 bisnietos.. Y yo su nieta mayor lo ama con toda el alma, porque mas que una nieta soy su hija pequeña... y nunca olvidaré el padre excepcional que Dios me regalo.

Te amo mi viejito...

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